PUNTA DEL ESTE
Perlitas de una fiesta llena de famosos
En un verano en que los eventos organizados para un puñado de invitados VIP pasaron a un segundo plano ante la preeminencia de megafestivales en predios enormes o su contraparte, la fiesta "en casa de un amigo", hubo un ícono del calendario glam esteño que no se amedrentó: la fiesta de blanco.
Varios famosos se dieron cita en un exclusivo evento.
Organizada por Chandon, este año convocó a 500 personas a la casa Villa Nautilus, en la ruta rumbo a José Ignacio, y fue la única cita a la que los famosos que veranean en estas costas no quisieron faltar: un verdadero encuentro de personalidades argentinas en el imponente balneario uruguayo.
El tira y afloje de Pampita Ardohain. Desde hace cuatro veranos, la fiesta de blanco contaba con el plus de celebrarse en la casa de algún famoso, que se prestaba a abrir las puertas de su mansión y ser gran anfitrión de la velada. Se hizo en la casa de Valeria Mazza y Alejandro Gravier, en lo de Marcela Tinayre, en lo de Nico Repetto y en la edición pasada fue Iván de Pineda el encargado de recibir a todos. Sin embargo, 2017 significó un cambio de planes: no más anfitriones. Se alquiló la casa Villa Nautilus, en La Boyita, por cinco días, del 2 al 6 de enero.
Sin embargo, a mediados de diciembre, Pampita decidió que quería pasar sus vacaciones románticas junto a Pico Mónaco en esa mansión. Alquiló la estadía con la salvedad de que debía dejar la casa en las fechas que se ocuparía para armar la fiesta. A la hora de cumplir con el trato, la modelo intentó alterar la situación y propuso ser la anfitriona de la noche, para no tener que dejar la casa. La firma no aceptó el trato y Pampita pegó el portazo indignada. Si durante años había sido la figurita infaltable de esta fiesta, fue la única celebridad argentina ausente en esta edición.
Del Potro ultra VIP. Una de las grandes figuras de la noche fue Juan Martín del Potro . Pocos sabían de su desembarco en el Este y nadie esperaba que se animara a enfrentar la exposición de una fiesta de estas dimensiones, en la que los fotógrafos están invitados para poder mostrar todos los detalles. Pese a cultivar un perfil bajo, Delpo se animó. Fue su amigo, Georgie Neuss, hijo del magnate Germán Neuss y novio de Taína Laurino Ferreira, la heredera de Anamá, el que lo convenció. Eso sí, puso sus condiciones: aunque no había un espacio VIP en la fiesta que ya era en sí muy exclusiva, se abrió el living de la casa para que el tenista se sentara tranquilo con sus íntimos. Allí se encontró también con Guillermo Coria. Como las ventanas eran vidriadas, las cámaras pudieron registrar de todas maneras lo que sucedía adentro: Valeria Mazza y Alejandro Gravier, Iván de Pineda y los Repetto, también se acercaron a conversar con la dupla de tenistas.
Calu Rivero, la más mirada. Hubo muchos looks de blanco que provocaron la admiración de los fashionistas, pero la actriz y trendsetter logró llevarse todas las miradas por dos razones: eligió un vestido muy corto y con un pronunciadísimo escote en la espalda, y lo hizo en una noche fría como pocas hubo en esta temporada. Mientras la mayoría de las mujeres se abrazaban a sus ponchos y los hombres rompían el total white para ponerse una campera Uniqlo negra o azul, ella no se amedrentó. Paseó su espalda por toda la fiesta y en la pista de baile se la vio conversando con varios galanes.
Natalia Lobo, apasionada. La actriz fue una de las más divertidas de la noche. Contra el frío, se aferró a un poncho y a su pareja, con quien estuvo a los besos sin miedo a los flashes.
Villa Nautilus, la casa que todos quieren. La mansión en la que tuvo lugar la fiesta, es propiedad de Austin Hearst, el heredero del magnate de los medios estadounidense William Randolph Hearst. Austin conoció el Este por su mujer, la diseñadora uruguaya Gabriela Perezutti, y quedó enamorado de José Ignacio. La casa, de inspiración marroquí, cuenta con un patio árabe alrededor del cual se despliegan las habitaciones y tiene salida directa al mar. Entre sus vecinos célebres se encuentran Marcelo Tinelli, y el empresario canadiense JP Bailey -aunque ya no veranea por estas costas-.
Sofía Zámolo in love. La modelo llegó vestida por Saiach de la mano de su flamante marido, José Uriburu. Estará en el Este para trabajar en algunos eventos y también para encontrarse con amigos. No se separó en toda la noche de su esposo, y se animó a asegurar a este medio: "Desde que me casé estoy más enamorada".
Yanina y Diego Latorre, a pura charla. La pareja llegó temprano a la cita y no paró de saludar gente. En todo momento se los vio rodeados de amigos, a ella por un lado, a él por el otro, pero siempre socializando.
El salto de Joe. Mecha Sarrabayrouse es otra de las que no se quiere perder nunca la fiesta de blanco. Acompañada por Joe Fernández, su pareja, bailó hasta altas horas de la madrugada y se divirtió a lo grande. La nota la dio Joe cuando, contrariado por la pileta que dividía al medio el patio central de la casa -muchos temían caerse en ella intentando pasar por un costado-, decidió "saltar el charco". Afortunadamente le salió bien y llegó con éxito a "la otra orilla". Eso sí, todo el mundo se dio vuelta a mirarlo, aunque no queda claro si fue por la osadía del salto o del suéter fucsia que eligió para cubrirse del viento helado.
De Narváez no llegó. El empresario y exdiputado estaba convocado a la fiesta, algo que llamó la atención porque no suele vérselo en eventos desde el inicio de su actividad política. Su presencia estaba confirmada pero al parecer decidió no asistir a último momento.
Viernes, 6 de enero de 2017
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