La novia del Paraná
Ramona Galarza no quiere que ninguna calle correntina lleve su nombre
Los amigos y allegados de la legendaria voz, tantas veces olvidada por la Cuna Mundial del Chamamé, aseguran desde Buenos Aires que “la novia del Paraná” no quiere que ninguna calle de la ciudad de Corrientes lleve su nombre, ni mucho menos algún homenaje de ese tipo que la vinculen a ella, con un reconocimiento que ya lleva varios años olvidados
Para recordar la última presencia de Ramonita en el escenario mayor del mundo chamamecero internacional que se hace cada enero en Corrientes, hay que remontarse a más de un lustro para saber de ella cantando Lunita del Taragüí, Puente Pesoa o el mítico Kilómetro 11, que llevaron al chamamé por todo el planeta a través de su voz. Vale recordar las actuaciones memorables de la Señora Galarza en Japón y en Alemania, dejando sembrada la principal semilla de la correntinidad por insondables destinos asiáticos y europeos. Toda la ciudad de Paris la aclamó de pie cuando la voz femenina del chamamé hizo su presentación en los albores de los ’70.
Nada de eso valió para conformar actualmente a Doña Ramona, que elige continuar con sus caminatas por los barrios porteños que circundan a la Catedral Metropolitana, donde prefiere confesarle sus inolvidables serenatas a la luz de la luna a las palomas de la plaza de Mayo; antes que esas mismas avecillas terminen con sus deposiciones escatológicas sobre alguna estatua, busto o alusión a la Novia del Paraná. Mucho menos en alguna calle correntina.
Fuentes confiables aseguraron a nuestro portal, que en algún momento a alguien se le prendió la idea de rendirle un tributo en vida a Ramona Galarza, y nada mejor que sus amigos chamameceros, por caso su compañero de siempre Aníbal Maldonado o Mario Boffill, ambos con llegada a la Legislatura Correntina, para impulsar un proyecto que homenajeé a la histórica voz femenina de nuestro cancionero popular. Pero tamaño y merecido homenaje, habría encontrado un insuperable escollo en la propia Ramona, quien no quiere que ninguna calle correntina lleve su nombre. Nada menos. Como para sostener que la Señora Galarza inició un irremediable juicio de divorcio con su querida Corrientes. Se siente olvidada. Sin ir más lejos, el domingo en Tecnópolis, cuando se pidió que el Chamamé sea Patrimonio de la Humanidad, juntamente con el lanzamiento de la 27ª edición del año 2017. Nadie se acordó de invitar a la Novia del Paraná
Lunes, 19 de septiembre de 2016
