FUTBOL DE VERANO
Huracán golpeó en el momento justo y superó a San Lorenzo
Con tantos del "Rolfi" Montenegro, "Wanchipe" Ábila y Matías Caruzzo, en contra, el "Globo" derrotó 3 a 1 al "Ciclón". Facundo Quignón descontó para el equipo de Pablo Guede.-
El clásico de barrio se trasladó a Mar del Plata. Las calles empedradas fueron cambiadas por la arena; y en la ciudad balnearia San Lorenzo se midió ante Huracán en el histórico duelo porteño.
La presión de Daniel Montenegro sobre Sebastián Torrico y las sociedades conformadas entre Martín Cauteruccio y Sebastán Blanco llevaron a que el espectáculo comience con un ritmo muy intenso.
Además, la movilidad de Leandro Romagnoli en el ataque azulgrana y los remates de media distancia de Patricio Toranzo también le daba ritmo al entretenido choque que mantuvo el marcador en suspenso sobre un tiempo prolongado.
A medida que transcurrió el tiempo, el Ciclón se fue adueñando del pleito. Un disparo del uruguayo al palo y la visión del Pitu Barrientos para comandar las incursiones ofensivas de Boedo pusieron en jaque a la última línea quemera. La tarea de Marcos Díaz fue fundamental para mantener la paridad.
Sin embargo, unos instantes antes de que se vayan al descanso, la magia de Montenegro hizo delirar a Parque Patricios. Con un tiro libre excepcional, el ídolo del Globo festejó el 1 a 0 para que Huracán deje a su rival con la mandíbula floja.
Si bien en el complemento los de Pablo Guede intentaron reaccionar, un contragolpe perfecto volvió a dejar en la lona al Cuervo. La asistencia de Cristian Espinoza y la fría definición de "Wanchope" Ábila le bajaron la persiana a las esperanzas de San Lorenzo.
Sobre todo después del accidente que sufrió Matías Caruzzo, quien no supo cuidar al ex arquero de Godoy Cruz al convertir un gol en contra. El ex Boca y Argentinos no cerró bien y un rebote convirtió la derrota en humillación. Con el 3 a 0 los gritos de ole decoraron la escena veraniega.
Ni siquiera la perseverancia de Cauteruccio le sirvió al Blaugrana para descontar. Con un sacrificio enorme, el ex Quilmes se las ingenió para vencer a la defensa adversa y fusilar a Marcos Días, pero un travesaño inoportuno se le interpuso en el camino. La fortuna también tuvo incidencia en el resultado.
El grito de Facundo Quignón no fue suficiente para que San Lorenzo vuelva a meterse en el partido. Cuando el canterano estableció el 1-3, el destino del derby ya estaba sellado. La expulsión a Sebastián Blanco fue un claro ejemplo de la impotencia invadida. Como viene sucediendo en los últimos tiempos, Huracán es el que manda en el barrio.
Domingo, 17 de enero de 2016