CATALINA ESTEPA, SARGENTO RETIRADA
Una historia de vida en el reclamo de los uniformados en retiro
Única mujer en el acampe de la plaza 25 de Mayo. La penitenciaria desea junto a sus camaradas que se arribe a un acuerdo con el gobierno. Con 53 años, Catalina Estepa es una de los uniformados que se plegó al acampe policial y penitenciarios en la plaza 25 de Mayo, iniciado el pasado miércoles.
Hace tres años que se retiró del servicio penitenciario para pasar más tiempo con su familia, comprarse un auto y viajar con sus seres queridos. Con dolor relató su historia y misión con sus camaradas que se encadenaron y se instalaron frente a la Casa de Gobierno. “No estamos reclamando un aumento salarial sino lo que nos corresponde. El Gobierno sabe la deuda que tiene con nosotros”, declaró.
Así, Catalina es una integrante más del improvisado vivac en el espacio público. En tres carpas y un toldo más improvisado que hace de paredón, refugio precario para resguardarse del sol y del rocío de la noche, perseveran con su reclamos, pero juran que continuarán en esta vía de lucha hasta que el Gobierno les dé una respuesta. Incluso, no descartan otras medidas de fuerza. Durante la siesta del sábado, con el olor a guiso en el aire aún (almuerzo que ella misma había ayudado a elaborarlo), Catalina desde uno de los bancos de la plaza repasó sus años de servicio en el Servicio Penitenciario de la Provincia.
“Yo era empleada administrativa y en el ‘95 surgió la posibilidad de alistarnos para el Servicio Penitenciario y ante la posibilidad de mejorar económicamente hice el curso e ingresé. Después de 17 años de servicio y más los años que tenía dentro de la administración pública, decidí retirarme para dedicarle más tiempo a mi hijo y a mi familia”.
Junto a sus camaradas sostiene que éste no es un reclamo de género. “Me levanté y no me podía quedar en casa. Vine para estar junto a los compañeros. Vengo, los ayudo a organizar el almuerzo y lavo las cosas que usamos. Ya estuve encadenada y me quedé a pasar la noche en la carpa. Pero no los puedo dejar solos, ésta es una lucha de quienes hemos trabajado muchos años y con mucha carga horaria”. Con un sinfín de anécdotas, relató las más crudas que le tocó vivir en las largas horas de guardia. “Es un trabajo insalubre. Me faltaban dos rangos para jubilarme con el 100% de mi sueldo y la verdad que no aguanté. No contar con un apoyo psicológico fue el principal motivador”, argumentó Catalina. En cuanto al reclamo salarial: “Yo pensé que me retiraba, me iba a comprar un autito e iba a disfrutar más con mis seres queridos, pero nada de eso sucedió. Si no fuera por la ayuda de mi hijo, sola no podría hacerme cargo de los gastos diarios de la casa”.
EL ACAMPE PLACERO
Los pasivos policiales cumplieron ayer el cuarto día de acampe frente a la Casa de Gobierno para reclamar que el Gobierno les abone lo adeudado. Los uniformados reclaman el blanqueo de tres ítems pendientes respecto al sueldo que se les paga a los activos. La deuda reclamada se remonta a 2014.
El Gobernador , un día después de iniciada la protesta, afirmó que “no tienen razón” y dejó entre ver que podrían ser sancionados debido a que por la Ley Orgánica de Policía, los retirados mantiene “estado policial” y no pueden realizar protestas.
Domingo, 18 de octubre de 2015