Por Daniel Caram
Aprendan de Cristina
Muchos defectos puede tener una persona, pero uno se torna imperdonable: el ser desagradecido. La Presidenta Cristina Kirchner dio un mensaje concreto, definido, a lo Cristina. Después de meses de golpes en su contra de propios y extraños, la Primer Mandataria homenajeó a Coqui Capitanich como debe hacerse a un trabajador leal, inteligente… y del palo desde el primer momento. Por eso es un mensaje directo a los desagradecidos, esos que siguen pagando a traidores, desleales, incapaces… desconocidos.
En política, así como suelen convivir halcones y palomas, también existen mediocres disfrazados de gorriones que se contentan con las migajas que sobran de otros. Y eso es lo grave, más aún cuando siguen apareciendo ‘iluminados’ que hablan de proyectos fracasados, de tiempos terminados, de etapas concluidas.
¿Mensajes de fracaso?¿Decisiones ‘para apagar el fuego’? ¿Determinaciones con olor a ultimátum?
Nada de eso mostró Cristina en su informal discurso para despedir a Capitanich y Manzur. Despedirlos por un rato, como se hace con los amigos leales, y no con los aprovechadores de turno. El mensaje es relevante. No merece mucho análisis. Por eso muchos dirán ¿para mí?
La mandataria sostuvo que Manzur y Capitanich "llegaron al gabinete en momentos muy difíciles". Recordó que el ex ministro de Salud asumió en 2009, "año de crisis económica y de salud a nivel global" “Durante el 2013, cuando tuve un episodio grave de salud, lo convoqué a Coqui -Capitanich- y él siendo gobernador de Chaco vino a trabajar, con compromiso, lealtad y convicciones”, le recordó la Presidenta.
Cristina terminó con otra flor para el chaqueño: "le dieron palos porque no perdonan su capacidad de trabajo".
Directo a los desagradecidos… que siempre sobreviven… a todo.
Viernes, 27 de febrero de 2015