EDUCACION-BLANCO PELIGROSO
Se mantiene la falta de control para el personal que trabaja en escuelas
Además de los problemas edilicios, la amenaza de los paros docentes y los precios por los útiles, una cuestión que preocupa es saber quién califica de "aptos" o "no aptos" a quienes están en contacto con los chicos.
Restan días para el inicio del ciclo escolar en la provincia y son varias las preocupaciones que afectan a los tutores. El grave estado edilicio, la relación de los docentes con el Gobierno y los precios de los útiles son sólo algunos.
Pero hay una cuestión que pasa desapercibida para la mayoría, y que supone un riesgo inusitado para los alumnos: la falta de controles por los que deberían pasar las personas que trabajan en los distintos establecimientos.
A mediados del año anterior el caso de un portero que fue acusado de un supuesto abuso sexual en la escuela normal Juan Pujol de la Capital, puso de relieve esta cuestión. No existe un control o examen psicológico que determine cuándo una persona, ya sea para personal docente o no docente, es apta para ocupar un puesto que le demandará estar varias horas en contacto casi directo con los menores.
EL LIBERTADOR publicó ya en ese entonces la opinión de los referentes de dos de los gremios docentes más importantes de la provincia. Y en ambos casos reconocieron que existe una grave carencia en este sentido y que por tanto "es una cuestión de suerte que no ocurra una mayor cantidad de casos graves".
"Lamentablemente estamos sujetos a que esta clase de situaciones siga ocurriendo, ya que existe una grave falencia en el sistema de acceso a cualquier cargo público. En este caso, hablamos del personal docente y no docente. Para ponerlo en claro, la selección no existe, no hay una norma preestablecida en la que se indiquen los controles o exámenes por los que deben pasar los aspirantes a un puesto laboral en estos lugares", dijo en ese entonces José Gea, referente de la Asociación Correntina de Docentes Provinciales.
Hoy, pese a la serie de planteamientos de algunos tutores, y tras la efímera repercusión que tuvo ese caso en las secciones policiales, las modificaciones en la reglamentación para el acceso a esos puestos laborales continúa brillando por su ausencia.
La normativa que rige al sector tiene más de treinta años y desde entonces no fue sujeta a ningún tipo de actualización.
En tanto, se inicia un nuevo período lectivo, y los alumnos una vez dentro de los establecimientos quedan sujetos a la suerte de que las personas con las que comparten el establecimiento, cumplan con las aptitudes necesarias.
Sin "estigmatizar" a los trabajadores
Desde los gremios docentes, mencionaron que la exigencia de controles para las personas que buscan acceder a esta clase de trabajos en los que se requiere un contacto prácticamente directo con los menores, no es una excusa para "estigmatizar" a los trabajadores. Lo que se pretende es la prevención de hechos graves.
La mayoría de los alumnos pasan entre cuatro y seis horas en esta clase de instituciones y la principal labor de las autoridades, es que estén seguros en esos lugares.
Un caso sospechoso y una grave acusación
El caso de la escuela normal Juan Pujol, se conoció a mediados de agosto del año anterior. Una jovencita de 13 años contó a sus abuelos que el portero, de apellido Meza, había abusado sexualmente de ella. La menor hizo esa grave acusación después de casi dos semanas de ocurrido el supuesto hecho y el hombre fue obligado a prestar declaración. A pesar del paso de los meses, la situación no fue esclarecida y se presume que sigue la investigación.
No hay porteros, la otra cara de la moneda
Otra cuestión de fondo y que deriva muchas veces en que los directivos de algunos establecimientos recurran a la colaboración de tutores y personas ajenas a la institución, es la falta de personal para desempeñar el cargo de maestranza.
El problema se suma a la falta de mantenimiento en la infraestructura edilicia de muchas escuelas de la provincia y también significa un riesgo para los alumnos.
En reiteradas oportunidades, este medio hizo públicas las declaraciones de tutores que se quejaban porque además de pagar cooperadora debían ir antes de la hora de ingreso, para limpiar las aulas en las que iban sus chicos. Y en muchas otras situaciones, fueron los padres quienes "arreglaron por cuenta propia" algunas fallas de infraestructura en las escuelas de sus hijos.
La situación se repite año a año y se debe, según fuentes del Ministerio de Educación, a una cuestión estructural: hay muy pocos aspirantes a cubrir esos cargos y la mayoría, ocupa un puesto después de años de haber colaborado con la limpieza en algún establecimiento en particular.
Jueves, 26 de febrero de 2015
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