MERCEDES
El Gauchito Gil vuelve hoy a congregar a sus fieles
Antonio Mamerto Gil Nuñez, más conocido como El Gauchito Gil, es uno de los más importantes representantes del Santoral Profano Correntino. Desde hace más de cien años tiene vigencia en su provincia, pero en los últimos años trascendió al resto del país. Hoy 8 de enero, se conmemora un año más de su asesinato, ocurrido en 1878 a unos 8 kilómetros de Mercedes, Corrientes.
El lugar de su muerte es en el que cada año se reúnen miles de peregrinos de todo el país y de países limítrofes para manifestar su fe y agradecimiento.
Aunque hay mitos y varias versiones acerca de su historia, para algunos Gil era un cuatrero, un gaucho alzado, un fugitivo al que le cargaban todos los hechos delictivos sin resolver. Para otros era Robin Hood, les robaba a los ricos (en especial a los que se aprovechaban de los paisanos) y les daba a los pobres y ayudaba a quien lo necesitara. Era un gaucho justiciero. Hacía lo que muchos no se atrevían a hacer. Era un vengador de sus desgracias.
El culto al Gauchito Gil
El Santuario principal se encuentra en el cruce de las rutas 123 y 119, a 8 km de la ciudad de Mercedes. Desde lejos se observa el centenar de tacuaras con banderas rojas, el mausoleo con las placas de agradecimiento y una enorme cantidad de ofrendas similares a lo que ocurre en el santuario de Vallecito de la Difunta Correa: muletas, vestidos de novia, juguetes, casas hechas en miniatura, autitos. Estampitas del santo con los pedidos escritos detrás o con expresiones de agradecimiento.
El color rojo es el distintivo del Gauchito Gil que se manifiesta en velas y fundamentalmente en cintas con el pedido o agradecimiento escrito. Es costumbre dejar una cinta atada a las miles de cintas que hay y retirar otra ya “bendecida” por el santo que se coloca en la muñeca, en el espejo del auto o en algún lugar privilegiado de la casa para que proteja o ayude.
“Varios días antes del 8 de enero, fecha del aniversario de su muerte, comienza a congregarse la gente y pasar la noche en carpas. Se improvisan negocios, bailantas de chamamé, kioscos que venden bebidas y recuerdos. Los jinetes se acercan llevando banderas y estandartes en tacuaras para dejar en el lugar, que también se cubre de flores rojas”, según describe el sitio del Diccionario de Mitos y Leyendas.
Jueves, 8 de enero de 2015